Las
incertidumbres irritan a la humanidad pero a la vez la impulsan a descubrir.
Cada avance que dimos en nuestra evolución devino de la necesidad de “fijar”
alguna “creencia” para poder avanzar sobre lo incierto, con conocimiento. Si bien
las estrategias para fijar creencias evolucionaron con el tiempo, todas
persisten. Nuestra tarea en la extensión rural puede ser potenciada si reflexionamos
sobre la manera en que estos métodos conviven y operan mientras estamos
intentando propiciar cambios.
Como seres
vivos necesitamos de la “certidumbre” para actuar y poder ejercer la autonomía
que nos permita sostener nuestra existencia y co-existir en sociedad. El
filósofo americano Charles S. Pierce (1839–1914) en su tratado “The fixation of
belief” nos dice que al menos hay 4 grandes
métodos para fijar las creencias que fuimos descubriendo durante nuestra
evolución.
En orden de aparición estos son:
1- Tenacidad. Las creencias que devienen de este
método surgen del propio impulso y espontaneidad. Para fijarlas, las adaptamos
a toda situación análoga como una forma de reafirmarlas y defenderlas descartando
todo aquello que las perturba. Un ejemplo de ella es la percepción de los objetos
en el espacio. Creemos que ocupan el lugar que creemos, más allá de nuestra
reflexión y voluntad, esta creencia no está mediada por las otras formas que
veremos a continuación, no podemos dejar de creer que ocupan ese espacio por su
color, brillantez, superposición, paralaje, etc. Un simple golpe de vista nos
sirve para caracterizarlas.
¿Cuál crees que es la
mujer más alta?
Si te tomas
el trabajo de medirlas verás que las tres son iguales…¿Pero no parecen así, no?
La tenacidad es un método muy útil en ocasiones, pero falible como en este caso,
dado que no toma en cuenta, por ejemplo, los procesos de construcción de la
imagen que veo, y porque aplica una gama de presupuestos que se incorporan a la
imagen terminada.
2- Autoridad. Mediante este método, las creencias son
adoptadas en tanto nos son comunicadas por sujetos respecto de los cuales nos
encontramos en situación de subordinación. Dicen que casi la 9/10 partes de
nuestras creencias provienen de esta forma. Hemos aceptado como ciertas
muchísimas cosas de nuestros padres, maestros, líderes, guías religiosos,
medios de comunicación, etc., sin tener la necesidad de cuestionarlas. Nos
sirven y punto, con ellas podemos defendernos. Ingresan a formar parte de
nuestro conocimiento sin haber tenido la oportunidad de revisar su certeza.
3- Metafísica. También llamado método “apriorístico”,
plantea que las buenas creencias no provienen de la tenacidad ni de la
autoridad, sino que resultan de un examen crítico, mediante pautas lógicas, hasta
averiguar cuál de las creencias en disputa, resulta más consecuente con los
principios fundamentales que nos dicta la razón. Este metodo avanza sobre los
anteriores al instalar la “critica”, la “interrogación” y la “sistematicidad”.
Un ejemplo clásico lo encontramos en el sector agropecuario de Argentina cuando
construimos creencias sobre los fenómenos climáticos. Si recurrentemente vemos que las cañerías del molino de agua traspiran,
y al poco tiempo se producen lluvias, tenemos la tendencia a “creer en la transpiración
de las cañerías como predictor de lluvias”…aunque con frecuencia
falle.
4- Ciencia. El más moderno de los cuatro. Mediante
este método los humanos encontramos la forma de incorporar como regla
primordial para fijar creencias, la referencia de algo externo y relativamente
permanente: la realidad “objetiva”. Mediante la ciencia, la creencia se fija
por medio de algo no humano, algo permanente y externo que no debe tener efecto sobre nuestro
pensamiento…en teoría. El método “reposa” en una hipótesis no demostrada, y si
bien nuestro pensamiento puede estar o no de acuerdo, la corroboración de la
misma mediante objetos externos a nosotros, nos obliga a revisar y
eventualmente corregir nuestro pensamiento.
Según el autor, estos 4 métodos se sucedieron históricamente en este
orden y su lógica de aparición responde a nuestra propia evolución. La
TENACIDAD es útil a nivel
individual, en los orígenes el ser humano no era gregario, y con la tenacidad
tenía las herramientas básicas para lograr certeza y avanzar, no necesitaba
mucho más. Cuando nos agrupamos fue necesario conciliar las individualidades,
la AUTORIDAD se impuso como estrategia para mediar entre las creencias
individuales. Cuando los grupos nos separamos en comunidades o etnias, se multiplicaron
las “autoridades”, y con ello la necesidad de otra estrategia que medie entre
las diferentes creencias. La METAFISICA devino en la estrategia que permitió fijar
creencias mediadoras entre las que pertenecían a los diferentes grupos. Por
último, más modernamente, la CIENCIA como método basado en los objetos acompaña,
no casualmente, a la cultura humana a partir del surgimiento de la economía
burguesa y su consagración política como reorganizadora de la sociedad.
Pero más allá
de las diferencias y sus orígenes, hoy en día los cuatro métodos existen,
persisten y siguen modelando con diferente intensidad nuestras creencias. Veamos
entonces como aprovechar esta “luz” que nos aporta Ch. Pierce para los fines de
nuestro objetivo. Nuestra tarea en la extensión rural puede ser potenciada si
reflexionamos sobre la manera en que estos métodos conviven y operan, mientras
estamos intentando propiciar cambios.
Como
profesionales formados desde el “rigor de las ciencias”, tenemos la tendencia
lógica a valernos primordialmente del último método. Incluso denigrando a los 3
primeros por saberlos débiles y anticuados. Al hacerlo cometemos el error de no
considerar de qué manera juegan en los procesos los métodos que descartamos. Porque
aunque nos asistan razones “científicas”, los otros 3 “viejitos” también
estarán presentes modelando, filtrando, y construyendo certezas.
Reconocer el
valor que tienen cada uno de los 4 métodos, identificando cuándo y cómo están
operando, puede transformarse en la llave para un proceso de cambio basado en
“certezas” más inclusivas y por tanto más efectivas. Una estrategia para reconocer
como influyen, es posar “la mirada” en los “andamiajes” que sostienen las
argumentaciones que los actores esgrimen en momentos de discusión o desencuentro.
En las fundamentaciones encontraremos las claves que puede ayudarnos a ver bajo
qué tipo de método fue gestada las creencias que sostiene dicha forma de pensar.
Sin necesidad de criticar dicha “creencia”, o pretender cambiarla, podremos
reflexionar en conjunto sobre su origen y el efecto que la misma tiene en el desencuentro
que se plantee, y así mejorar el proceso de cambio que impulsamos.
La fórmula
para lograrlo no la tengo, lo siento… pero te regalo esta incertidumbre.
En todo caso… podemos
probar alguno de los métodos que nos ofrece Ch. Pierce para no dejar la
propuesta metodológica como una creencia… y fijarla… así avanzaremos sobre lo
seguro. Animo!
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Excelente!!
ResponderEliminarMuchas gracias blog de Geografía y Ciencia!
ResponderEliminargracias....!
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