Por Adrián Gargicevich
La construcción compartida de un proceso de
cambio no es precisamente un lecho de rosas. Más bien se parece a escalar una
montaña. Las discrepancias aparecerán
en la trepada a manera de piedras y precipicios en cada momento de decisión ya que forman parte del juego de la intersubjetividad. ¿Pero cómo actuamos ante una discrepancia?... Reconocer
como nos comportamos ante las mismas y trabajar para capitalizarlas, también forma parte de nuestra tarea
de extensionistas.
La mayoría de las personas, cuando entramos
en discrepancia, optamos por una de estas opciones: luchar
o huir. La lucha puede adquirir
diferentes formas, algunos las expresamos directamente con violencia o con expresiones
de furia y odio, levantamos la voz, nos enojamos. Otros acudimos a la sutileza
del sarcasmo o a las frases incisivas con fines descalificantes. Los más
avezados recurren al ingenio o al humor despectivo, emitiendo a veces juicios valorativos
para generar reacciones.
La huida también se viste con diferentes
trajes. La forma más simple es la retirada, que no necesariamente es física. A
veces el cuerpo no se va, pero
lo que queda es como si no estuviese habitado. No hablamos, no aportamos. Otras
veces la huída se presenta en cómodas cuotas, ante una discrepancia la relación
se hace cada vez más frías e indiferentes, eludiendo el contacto, la
participación y la responsabilidad.
Estas opciones no necesariamente adquieren
formas explicitas. Muchas veces aparecen en una mirada, un gesto, una actitud o
una reacción sutil. No necesariamente van a estar allí claramente visibles, hay
que hacer un pequeño trabajo para identificarlas si es que queremos considerar los
motivos que las despliegan y no frenar el proceso de cambio por el que
trabajamos.
Si no tienes práctica para detectarlas te dejo una insipiente lista de la que puedes echar mano para ir haciendo gimnasia de identificación en tu próximo debate con alguien:
Si no tienes práctica para detectarlas te dejo una insipiente lista de la que puedes echar mano para ir haciendo gimnasia de identificación en tu próximo debate con alguien:
Algunos
signos para identificar situaciones de discrepancia
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LUCHA
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HUIDA
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inspiración
profunda antes de hablar
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retirada
física
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agresión
verbal - vos alta
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vista
perdida
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sarcasmo
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silencio
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agresión
física, ira
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distracción
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seño
fruncido y mirada afilada
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desinterés,
quite de colaboración
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Ahora que enumeramos algunos signos, tu
experiencia seguro te permitirá agrandar la lista. Pero por favor recuerda: si los
vas a usar no olvides siempre corroborar que el signo identificado sea producto
de una discrepancia. Estos mismos pueden ser disparados por otros componentes
físicos o relacionales en las personas.
Dado que las discrepancias son situaciones
omnipresentes en las redes que tejemos para el cambio, será inteligente considerarlas
como una parte constitutiva que merecen ser capitalizadas. Estar atentas a ellas
es una oportunidad para hacer más efectivo un cambio. Las discrepancias nos
muestran opciones para los acercamientos. Acercarnos es lo que buscamos básicamente
para impulsar innovaciones desde una perspectiva participativa.
Para enfrentar con efectividad una discrepancia,
no basta solo con ser inteligentes: hace falta apelar a la paciencia, al autocontrol,
a un ejercicio activo para la consideración del otro y sobre todo, a ser valientes.
Se requiere, en síntesis, una considerable madurez, la cual sólo se alcanza a
través de un adecuado proceso de desarrollo personal. Todos tenemos experiencia
por haber discrepado alguna vez, quizás habremos luchado o huido, lo cierto es
que para discrepar y seguir siendo proactivos, nunca estará de más madurar con
la experiencia. Como decía un maestro budista: "puedo
enseñarte a pelar la fruta, pero debes masticarla tú". Allí está el secreto del
verdadero aprendizaje.
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