Por Adrián Gargicevich
Las neuronas espejo nos
brindan oportunidades pero también riesgos para transformar. Son las
responsables de la empatía, esa habilidad que
nos permite sentir lo que sienten los demás en nuestro propio cuerpo. Si puedes
aprovecharte de la empatía que nos permiten las neuronas espejo, tu capacidad
de cambio como extensionista será poderosa.
¿Alguna vez te preguntaste
por qué bostezas cuando ves a otro hacerlo? Mira el video y verás que tan cierto
es lo que te digo.
Si no puedes visualizarlo ingresa en: http://www.youtube.com/watch?v=tK-dVRMR7S8
Seguro que bostezaste más
de una vez ¿no? Bien, no es cuestión de magia…son
las neuronas espejo. Nos reflejan las sensaciones de los demás, casi como si
las viviésemos en nuestra propia piel. No descansan nunca, actúan como nuestros
radares para ver que pasa alrededor nuestro, y para conectarnos con los estados
mentales de las personas que nos rodean. No podemos evitarlas, funcionan aunque
no nos demos cuenta. Nos sirven para entender el mundo que nos rodea
percibiendo las emociones de los demás, simulándolas en nuestro interior, y conectándonos con los demás en
la permanente tarea de aprendizaje, generación de nuestros conocimientos y transmisión
de nuestra cultura.
Tras cada acción que
hacemos existe una intensión subyacente, un estado mental al que podemos acceder
mediante las neuronas espejo que se encargan de aproximarnos a dichas intensiones.
Al detectar cuáles son los estados mentales asociados con la acción de los
demás, podemos ponernos en su lugar, nos enredamos e involucramos, empatizamos.
Funcionan como un mecanismo de interacción automático. Nos sirven para aprender
imitando y para entendernos.
La conexión ocurre automáticamente
mediante la lectura de numerosos canales sensoriales. Algunos de estos canales, como la palabra, están presentes en
nuestra decisión consiente cuando los activamos, pero otros, muchas veces escapan a
nuestro dominio consiente, tal es el caso de los gestos de nuestra cara. No obstante están
allí, disponibles para que las neuronas espejo del otro lado los lea y se
conecte con nuestras intenciones subyacentes.
La tarea de extensión puede
ser potenciada si aprovechamos las ventajas de la empatía cuando organizamos actividades
presenciales. Las neuronas espejo nos ayudarán para las conexiones. Si bien reconocemos
a la intersubjetividad como el elemento basal de la tarea de extensión, es
necesario dar cuenta que la misma ocurre tanto por canales explícitos como implícitos.
Será útil recordar que mientras las palabras, los textos, las imágenes forman
parte del contacto explicito para el intercambio, la empatía forma parte de
lo implícito. Y muchas veces con más potencia de lo imaginado.
¿Que podemos hacer
entonces? Existen numerosas prácticas y ejercicios interactivos que habilitan
entornos más empáticos, se puede mejorar siempre. Una estrategia simple para ir
mejorando es focalizarnos en las estrategias que usan esas personas que
iluminan tu cara con una sonrisa cuando te las nombran, seguro son expertos en
“ampatizar”. Por algo logran ese recuerdo en ti. Ellos pueden ser fuente de
inspiración para la tarea de mejorar nuestra capacidad empática. Por supuesto
que tu cambio no será automático, deberás ponerle el cuerpo al desafío.
Si no crees en el poder que
tiene dominar la empatía en tu tarea, te propongo hagas esta experiencia. En tu
próxima reunión, encuentro o taller, cuando lleguen tus invitados, saluda a
cada uno personalmente con un apretón de mano y poniendo tu otra mano abierta sobre
el hombro o el brazo, pero por favor no le sonrías durante el saludo.
Desarrolla tu trabajo, y cuando se retiren, pregunta a uno por uno si recuerdan
si los recibiste con una sonrisa…te sorprenderá escuchar cómo la mayoría te
dirá que si, aunque no lo hayas hecho. El poder de crear empatía se puede desarrollar y aprovechar,
pero también se debe cuidar atentamente!.
Las neuronas espejo están siempre activas y trabajando para acercarnos o repelernos.
Las neuronas espejo están siempre activas y trabajando para acercarnos o repelernos.
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Muy bueno Adrián, aunque no bostecé....
ResponderEliminarPracticaré el saludo empático la semana que viene en un taller que tenemos
Que bueno! Contanos después como te fue. No te olvides. Gracias.
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