Por Adrián Gargicevich
Dicen
que “la vida es un constante ajuste de imágenes”, también dicen que “una imagen
vale más que mil palabras" ¿Cómo te ves? ¿Cómo ves a los que te rodean? La
imagen que tenemos o que construimos es un potencial motor para el cambio…no me
refiero puntualmente al “look”, sino a aquellos
imaginarios que nos moviliza o que a veces nos frenan. Como el imaginario está en
permanente cambio, merece nuestra especial atención para entender cómo reorientar
nuestro aporte a los procesos de cambio.
Revisar
y dominar los “imagos” que habitan en los grupos sociales con los que
trabajamos, es una de nuestras tareas como extensionistas. Al valernos de las
fortalezas y las debilidades de los “imagos”, podremos realizar los “ajustes”
que nos permitirán encontrar caminos alternativos cuando las relaciones
internas del grupo no permiten potenciar las acciones conjuntas que impulsarán
las innovaciones.
Los
“imagos” pueden ser ajustados para nuestro beneficio. Es un proceso que se
logra si permitimos ingresar más información a la construcción original de la
imagen que tenemos de las personas, o de nosotros mimos. El secreto está en
permitirnos habilitar nueva información para realizar el ajuste necesario. Una
forma adecuada para lograrlo es cambiar el entorno de la relación con las
personas (o con nosotros mismos) y darnos tiempo para observar y permitir
ingresar la nueva información que “ajustará el imago” y mejorará los vínculos.
En
el siguiente vídeo podrás corroborar cómo cambia la visión cuando cambia la
circunstancia.
Si
cambia la circunstancia, es más fácil hacer lugar a la nueva información que
nos permita ajustar el imago. Recurre al cambio de circunstancias en los grupos
que trabajas, cambia el entorno de trabajo, realiza con ellos actividades que
no haces normalmente: un viaje, una comida, una salida de diversión, algo que
permita que las personas podamos observarnos en otra situación, ver cómo
reaccionamos ante lo que no es habitual para el grupo. Seguramente cada
participante podrá revisar el “imago” que
construyó de las otras personas y así verlos desde otro ángulo. Habremos tenido
la oportunidad de cambiar las “etiquetas” que colocamos o que nos colocaron.
Abriremos la puerta a nuevas posibilidades de relacionarnos y podremos potenciar
el grupo.
Construir
relaciones duraderas y efectivas también implica poder hacer ajustes en
los imagos. Ayuda
a dejar la crítica y aplacar los juicios por un rato, modifica las circunstancias que rodean los encuentros, crea espacios para cambiar
las etiquetas e ingresar nuevas “coordenadas relacionales” . De lo contrario, nuestro “g.p.s. vincular” nos llevará de vuelta al mismo imago que ya habíamos construido. Anímate a cambiar las circunstancias y verás como cambian los imagos y crecen las relaciones.
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