Por Adrián Gargicevich
Los procesos de apoyo al desarrollo y la innovación
normalmente son acompañados por capacitaciones. Las estrategias que elijamos
para desplegarlas condicionarán la efectividad y el cambio por el que
trabajamos. Si la capacitación es entre adultos, habrá que adaptar el estilo a
su peculiar manera de aprender. Las estrategias “pedagógicas” que nos formaron
de niño en la escuela, no funcionan con adultos. Debemos aprovechar entonces
las ventajas de la “andragogía”.
La andragogía
(del griego ἀνήρ "hombre" y ἀγωγή "guía" o
"conducción") es el conjunto de técnicas de enseñanza orientadas a
educar personas adultas, en contraposición de la pedagogía, que es la enseñanza
orientada a los niños. Los adultos necesitamos ser participantes activos en nuestro
propio aprendizaje. ¿Por qué?: 1- Porque son las “necesidades” las que nos
motivan. (si no, no estarías leyendo este texto). 2- Porque es la propia “vida” la
que nos orienta a iniciar un recorrido para aprender. 3- Porque como adultos
autodirigimos nuestro camino, y no necesitamos de un “maestro” que lo conduzca.
4- Porque a medida que tenemos más recorrido hecho y más experiencia, nos
diferenciamos más de los otros.
Aprender
es un proceso complejo, a través del aprendizaje se modifica el comportamiento
de manera estable. Aprender es algo “personal” e interno en las personas,
afecta la inteligencia, las emociones y los intereses. Se aprende cuando se
encuentras las respuestas a las preguntas que uno ya tiene. A través del aprendizaje
se llega al conocimiento, que no se manifiesta con la información que se puede
repetir, sino a través de las capacidades que se han logrado para defenderse en
la vida. ¿Recuerdas qué evaluaban tus docentes? ¿Información o conocimientos?
Para
trabajar procesos de capacitación con adultos será central diferenciar entonces
“información” de “conocimientos”, tanto al momento del diseño como al momento
de revisar lo generado. También será central revisar los supuestos que activan
los procesos de aprendizajes y no confundirlos con los que operan cuando se
trata de niños. El siguiente cuadro de diferencias servirá para planear las
instancias de capacitación en función del destinatario.
Diferencias
en las situaciones de aprendizajes entre “niños” y “adultos”
Aspecto
|
Niño
|
Adulto
|
Autoconcepto
|
Las
decisiones las toman los adultos. En tal sentido los niños son pasivos y
dependientes.
|
El
adulto es responsable,
independiente
y capaz
de
dirigir su vida.
|
Experiencia.
|
No
posee.
|
Posee
mucha y la vive
intensamente
irradiándola
a sus
pares.
|
Disponibilidad
para aprender.
|
Por
imposición.
|
Libremente
y
por
necesidad.
|
Perspectiva
temporal.
|
Lo
que aprende se
aplicará
más tarde.
Se
trata de acumular
conocimientos.
|
Lo
que aprende lo
aplicará
de inmediato
para resolver
problemas
y adaptarse
al
mundo que vive.
|
Si
estas son algunas de las diferencias, queda claro que las estrategias para
capacitar deben ser diferentes para poder adaptar capacidades al destinatario.
Para
diseñar una capacitación en la que participarán adultos será productivo tener
en cuenta los siguientes principios en los procesos que diseñemos:
PARTICIPACIÓN.
Organiza el curso centrado en este principio. Impulsa la interacción entre los presentes,
facilita espacios para el intercambio de las experiencias de los presentes en
derredor del tema que se esté abordando para facilitar la generación del
conocimiento. Por ejemplo propone algún trabajo colaborativo, esto ayudará a
poner en juego las capacidades que se poseen.
HORIZONTALIDAD.
Recuerda operar desde la igualdad de oportunidades entre los presentes, en
especial sobre tu figura, si es la encargada de coordinar el proceso. Todos
podremos aportar en el tema. Las diferencias no son elementos a resaltar. Detrás
de este principio se esconde la posibilidad de completar y coalicionar.
FLEXIBILIDAD.
Indispensable para potenciar el proceso en la medida de las experiencias
previas y de los tiempos que cada uno tiene para lograr esa capacidad que
propone la capacitación. Habrá que amoldarse a los diferentes estilos de aprendizaje
de los participantes para poder aportarles desde el lugar que ellos mejor aprovechan.
Explora sus estilos de aprendizaje antes de iniciar las capacitaciones.
Con
adultos es más útil la “deducción” que la “inducción”, no deberíamos organizar
las capacitaciones en función de “temas” sino sobre la base de “necesidades”. Recordemos
que la formación en los adultos es un tema más personal que áulico, que nuestro
rol debe ser de “facilitador” y no de “docente”, y que será necesario preparar con anticipación los elementos y estrategias que usaremos focalizándonos en relaciones más fluidas.
Capacitar
adultos implica:
- Crear un clima de trabajo adecuado.
- Planificar conjuntamente la
formación.
- Detectar intereses y necesidades
de formación y saber cuál es la meta.
- Construir en común el programa.
- Aplicar técnicas de
problematización más que de contenidos.
- Evaluar resultados y necesidades satisfechas.
Bibliografía consultada:
- Manual de capacitación para facilitadores. Juan Caliva E. IICA
- Estrategias y metodologías de aprendizaje de adultos. Lic. Orlando Gutiérrez INTA Bordenave
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario