Por
Dario Solis (*)
El pensamiento
crítico como herramienta para el cambio
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Para
acercarse al dominio del pensamiento
crítico es necesario alejarse de la idea de crítica. La crítica involucra un juicio de valor subjetivo acerca de un tema
u objeto normalmente concreto. Generalmente se expresa como una opinión formal,
fundada y razonada. Si bien es un acto vinculante, cuando es dirigida a otros
sujetos, o a sus decisiones, puede disparar emociones
encontradas que a veces llegan a separarnos. Ésta no es la idea en procesos de
extensión para el desarrollo, debemos evitar caer en la connotación negativa
que tiene la “critica”. Si llegamos a ese lugar es probable que la
trasformaciones se detenga.
En
cambio, el pensamiento crítico es un proceso de carácter racional,
reflexivo y analítico, orientado al cuestionamiento sistemático de la realidad,
que busca conocer los argumentos a favor y en contra, para tomar una decisión
propia respecto a lo que se considere verdadero o falso, aceptable o
inaceptable, deseable o indeseable. Dado que se trata de una capacidad que
requiere cierto dominio para cosechar sus ventajas, debe ser ejercitada. Pero es
muy importante tener en cuenta que, como el pensamiento crítico es dinámico y
complejo, para poder capitalizarlo, debe ser recurrente. Si se ejercita entre
varias personas su potencial es infinito y aditivo.
En
tanto se trata de una capacidad, es un proceso
cognitivo, de allí que adquiera un valor especial para potenciar procesos
de desarrollo desde la tarea de extensión. El desarrollo no se define por lo
que una persona o grupo poseen sino por lo que pueden hacer con ello. Bajo esta
forma de interpretar el desarrollo, capturar
los procesos cognitivos se transforma en una tarea central.
Los procesos participativos de cambio también
están condicionados estructuralmente por el sistema de información y
conocimiento de sus actores (en términos de P. Bordeau, por su capital
cultural). Cada uno, a su manera y desde su propia experiencia de vida, tiene
una “visión” y un “saber” propio para poder actuar ante una situación. Estas
estructuras cognitivas distribuidas entre los actores, serán las que orienten y
determinen la toma de decisiones. Es por
ello que se nos presenta la necesidad de considerar al menos dos ejes condicionantes
para poder capitalizar el pensamiento crítico como una herramienta potente para
el desarrollo.
DIVERSIDAD Los actores poseemos diferencias
propias basadas en nuestros intereses, nuestras capacidades y nuestras estructuras
de conocimiento en relación al tema que nos reúne.
DINÁMICA Dichos intereses, conocimiento y
capacidades evolucionan de manera permanente en los actores.
A
primera vista el panorama para propiciar cambios acordados se presenta como un
horizonte complejo. Intereses, capacidades, estructuras de conocimientos
diversos y en evolución, nos indican que las resoluciones basadas en esta
estrategia, no ocurrirán de manera lineal como en una cadena de causa-efecto.
Por suerte, para solucionar ésta dificultad, contamos con una ventaja muchas
veces oculta en el pensamiento crítico.
Nos referimos a la posibilidad de hacer
preguntas pertinentes. Algo que a primera vista parece simple, pero que
requiere de práctica y apertura mental.
Las preguntas pertinentes son aquellas que
disparan procesos de reflexión y análisis con respecto al momento del proceso
que estamos atravesando, y nos permiten
poner en crisis los planteos que ya están cristalizados en nuestras mentes. Nos
abren un nuevo abanico de posibilidades, nos ofrecen multiplicidad de opciones,
nos evitan caer en la simplificación mutilante, muchas veces exigida por los propios
actores participantes. Además, nos permiten visualizar sobre cuáles componentes
de la estructura cognitiva, estamos apoyando las decisiones.
Hagamos
una analogía desde la genética para entender cómo opera el pensamiento crítico:
“Imagínate a un genetista que intenta
mejorar una especie mediante lo que se conoce como presión de selección de un carácter
que le interesa, por ejemplo en color de sus flores. En cada generación que
produce, el genetista se va quedando con los individuos que se acercan a su búsqueda,
descartando el resto. Con el proceso logra avance en corto plazo para
satisfacer su búsqueda, pero también va reduciendo la variabilidad genética en
el conjunto de los individuos que fue seleccionando. Si en un paso siguiente
deseara hacer la selección de otro carácter sobra esta base de individuos
seleccionados, vería reducida su efectividad porque partiría de una población con
menos opciones”.
Muchas
veces, cuando no aprovechamos el pensamiento crítico y la pregunta pertinente
en un proceso de desarrollo participativo, nos pasa lo que al “genetista”. Perdemos
opciones. El pensamiento crítico mediado por la pregunta pertinente permite
logras avances sin perder opciones de elección ya que su tarea es “abrir”
opciones, más que hacer síntesis.
La
construcción colectiva de preguntas
pertinentes, y luego la obtención de respuestas, nos revelan la diversidad de intereses, capacidades y estructuras
de conocimiento que existen en el grupo. Con ellas es posible aumentar el grado
de subjetividad en el proceso de cambio, incorporando el capital cultural de
los sujetos que luego deben accionar las decisiones. De no hacerlo, se corre el
riesgo de construir decisiones no compartidas que terminan en el cajón de las
“buenas ideas que no se concretan”, o nos conducen a una “colisión”, o lo que
es peor, son “usadas en beneficio de algunos actores más poderosos” dentro del
proceso. La pregunta pertinente habilita
el pensamiento crítico, y éste nos ayuda a reducir los riesgos, mientras vamos
“sabiendo lo que sabe el otro y entendiendo como lo aprende”.
Construyendo preguntas pertinentes.
Si tuvieras
que construir preguntas pertinentes para poner en crisis este texto que estás
leyendo ¿Cuáles serían?... Te damos algunas
sugerencias para elaborar preguntas pertinentes.
Una primera
opción es indagar sobre la lógica que se están usando para elaborar las
propuestas o idea bajo análisis. ¿Qué se
pretende? ¿Qué valores están en juego
con la propuesta? ¿Por qué adquiere
esa forma la resolución?... son algunos ejemplos que pueden ayudarte a iniciar el proceso.
También
podemos indagar sobre la historia o experiencia de los participantes en
relación a la propuesta o idea en debate. ¿Cuáles
son las acciones previas de los sujetos participantes que les permitieron
obtener la experiencia en el tema? ¿Cómo
les fue con esas experiencias previas? ¿Qué
dimensiones de la propuesta, están
“marcadas” por las experiencias previas?
Indagar
sobre los intereses que se ponen en juego, también nos ayudaran a entender y
revisar las decisiones. ¿Por qué los
actores están involucrados en este tema? ¿Qué aspectos del tema, y de qué manera afectan sus vidas personales?
¿Qué agendas personales se ocultan en relación
al tema?
Descubrir
las emociones que se ponen en juego cuando se juega a favor o en contra de
la propuesta o idea en debate, será uno
de los puntos indirectamente más reveladores. ¿Cómo y quienes reaccionan ante posibles modificaciones en las decisiones?
¿Qué emociones se ponen en juego? ¿Cómo afectan estas emociones la actitud de
los actores en el proceso?
La
lista de opciones puede continuar. No es la idea de este texto agotarlas, sino
por el contrario, mostrar que es posible estimular la generación de preguntas
adaptables a cada situación bajo análisis.
Tal vez algunos promotores de cambios que quieran usar esta propuesta
del pensamiento crítico mediante
preguntas pertinentes, tengan que moverse de algunos posicionamientos clásicos.
Para
habilitar el pensamiento crítico es necesario correrse del CONTROL del proceso para
posicionarse en el ENCUENTRO, moverse del análisis REDUCCIONISTA y simplificador
hacia la COMPLEJIDAD. Algo para lo que no muchos fuimos formados. Algo que
puede irritarnos en principio porque opera con la
lógica de los procesos caordicos, lógica que requiere ser entendida primero,
para valorarla y capitalizarla.
No
faltará el que diga: “pero no se puede
estar todo el tiempo reflexionando, en algún momento hay que actuar”. Claro
que si, el pensamiento crítico no es más que la máquina que abren camino en el
bosque impenetrable de los procesos de desarrollo. Abierto el “sendero”, será
cuestión de definir qué camino seguir para llegar donde se proponen. Sin
pensamiento crítico los caminos son muy difíciles de ver, y por tanto, de
elegir.
Pero
bueno… si algo te incomoda o no te cierra en esta propuesta, solo será cuestión
de aplicarle algo de pensamiento
crítico. Adelante. Te aseguro que funciona. Practícalo cuando tengas
cualquier oportunidad de análisis, sólo la repetición y el tiempo te
convertirán en un “domador” del pensamiento crítico.
(*)
Ing. Agr. Dario Solis, Docente de las asignaturas Taller de Integración de
Conocimientos en Sistemas de Producción Agropecuarios y Sociología Rural de la
Facultad de Cs. Agrarias UNR-Argentina. E-Mail
darsolis@yahoo.com.ar
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Muy bueno
ResponderEliminarEXCELENTE ARTICULO
ResponderEliminarBuen aporte para profundizar sobre la crítica y el pensamiento crítico
ResponderEliminar¡Muchas gracias Zoila! Sigamos EN-RED-ANDONOS...
EliminarBuen aporte sobre la crítica y el pensamiento crítico.
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