Por Adrián
Gargicevich
La confianza juega un papel
central en la tarea de extensión. Los procesos de comunicación son más fluidos
si la misma existe. Procurar su creación para propiciar los cambios que nos
convocan requiere conocer sus componentes, pero a la vez ser precavidos para no
caer en su trampa.
https://redextensionrural.blogspot.com/ La
confianza: una herramienta de extensión que puede encerrar riesgos
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Entendida como una variable
subjetiva para los procesos de cambio, la confianza es la esperanza firme que
una persona tiene para que algo suceda, exista, o funcione de una forma
determinada. La confianza también se
sustancia en la
creencia de que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera
adecuada en una determinada situación y pensamientos. Es una hipótesis sobre la
conducta futura del otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida
en que este futuro depende de la acción de un otro. Es una especie de apuesta
que consiste en no inquietarse por el control del otro y del tiempo.
La confianza supone una
suspensión, al menos temporal, de la incertidumbre
respecto a las acciones de los demás. Cuando alguien confía en el otro, cree
que puede predecir sus acciones y comportamientos. La confianza otorga
seguridad al emprender una acción difícil o comprometida y por lo tanto,
simplifica las relaciones sociales. Es una poderosa fuerza unificadora y vinculante
que, con el paso del tiempo, se verá más o menos reforzada en función de las
acciones que la otra persona ponga en juego frente a nuestra hipótesis y
creencia.
Algunos tips para construir confianza
Construir confianza es una de las
estrategias frecuentemente usada para asegurar el éxito en la tarea de
extensión. La mayoría de los extensionistas consultados le asignan un valor
alto a la misma. Sobre un total de 117 respuestas obtenidas en un relevamiento
informal de 24 horas mediante algunas redes sociales virtuales, esta fue la
frecuencia de respuestas obtenidas cuando se preguntó ¿Qué valor le asignas a
la confianza en la tarea de extensión?:
El 82 % consideró a la confianza con un valor ALTO, el
10,3 % MEDIO, el 3,4 % BAJO y el 4,3% NULO. No obstante su alta valoración,
no siempre sabemos cómo lograrla, muchas veces lo intentamos mediante la
intuición pero sin éxito y perdemos así oportunidades para potenciar los
cambios. Si bien la confianza es un capital social que insume tiempo de
elaboración, es posible intentar un atajo si reconocemos y operamos en base a
sus componentes principales.
Gráficamente la confianza puede
ser representada con un triángulo en cuyos vértices encontraremos los elementos
que la componen:
Los tres componentes operan
juntos. A mayor autenticidad en nuestra forma de comportamiento, a mayor rigor
en la lógica de nuestras acciones, y a mayor empatía con los demás, mayor
confianza seremos capaces de generar. Si cualquiera de estos componentes se
vuelve inestable, la confianza estará amenazada.
Un
análisis crítico del estado de cada componente, en cada situación en la que
necesitemos apelar a la confianza como herramienta, puede ser la llave para
acelerar su creación.
La autenticidad quizás sea el componente más fácil de detectar. Los
humanos estamos dotados a reconocer la autenticidad de alguien casi con el
olfato. Por eso la receta no es muy compleja: ser uno mismo! Esto es fácil
cuando estamos en entornos de personas que conocemos y nos conocen, pero cuando
no es así, las diferencias suelen desafiarnos y nos tientan a mostrarnos
iguales a los otros (como no somos) solo para agradar. En tal caso hay que
vencer el prejuicio
interno y mostrar lo que somos, o cómo pensamos. Si reprimimos quiénes
somos, es menos probable que seamos de confianza. No tengas prejuicios, usa lo
que sea que te haga sentir fabuloso. Presta menos atención a lo que creas que
la gente quiera escucharte decir, y mucha más atención a lo que tu “yo”
auténtico necesite decir.
La empatía es quizás el componente que
más falla al momento de crear confianza. Ya sea porque los demás no crean que estemos
por ellos en este proceso, o porque estamos distraídos, o porque es nuestro
trabajo u obligación estar involucrados en el cambio que nos reúne. Vivimos con
tantas exigencias que a veces resulta difícil encontrar el tiempo que requiere la creación de empatía. Pero eso nos pone en un círculo vicioso,
porque al no revelar empatía, se hace
todo más difícil y luego tenemos cada vez menos tiempo para la empatía, y así
continúa. Por eso una sugerencia es tratar de identificar “donde”, “cuando” y a
“quien” hemos dispensado nuestra distracción y encontrar así un “disparador”
que nos permita mirar, escuchar, atender a quienes tenemos enfrente para
entender profundamente su perspectiva y tener así la oportunidad de demostrar
sólidamente empatía. Sugerencia, apaga
tu celular cuando tengas que hacerlo, es uno de los principales imanes para la distracción
en estos días.
La lógica interesa verla desde dos perspectivas, una es por su calidad
y la otra por la forma en que se la comunica. Si la calidad no es buena…no
podría ofrecerte opciones particulares para mejorarla, dependerá de cada tema o
situación, lo lamento, solo se me ocurre sugerirte compartirla con alguien para
revisarla. Ahora si tu lógica es “sólida” deberás preocuparte por comunicarla
adecuadamente. Una buena forma de compartirla es mediante las historias, cuéntala
como una historia, como un magnífico viaje que tiene giros, vueltas, misterio y drama, hasta que finalmente llegan
al destino. Verás que te ayudará a que te interpreten mucho mejor. Otra opción
es permitir que los interlocutores se involucren en nuestro relato, comienza
con pistas parciales que vayan obligando a quienes nos escuchan a compenetrarse
con la “lógica” completando el relato. Ambas forma de trasmitir la lógica
permiten incrementar la confianza, luego los procesos de comunicación fluirán
mucho mejor.
El talón de Aquiles
de la confianza para los procesos de extensión
En algunas oportunidades la
confianza puede ser un problema. Si luego de mucho tiempo y esfuerzo logramos
establecer lazos de confianza sostenidos, corremos el riesgo de que esos lazos
se transformen en “nudos”. La diferencia
semántica no sería un problema, salvo que la misma se transforme en “física”. Los
nudos son, en sí mismos, complicados, tanto intencionalmente como
metafóricamente: representan seguridad, pero también confinamiento. Atamos tanto
las cosas que luego nos vemos atrapados en los propios problemas que nos genera
el nudo. La lista de problemas puede ser larga, de seguro tu experiencia como
extensionista estará rebosante de ejemplos. Confiar puede incubar el riesgo de
habituarnos a lugares tóxicos sin que nos demos cuenta.
La confianza, si bien es una
fuerza unificadora, también puede ser vinculante y como resultado nos puede retener en los espacios conocidos,
reduciendo nuestro estímulo para migrar a nuevos lugares donde estaríamos
mejor. El salto implicaría volver a destinar tiempo y esfuerzo para construir nuevamente la confianza, y tal vez
por eso mantengamos atado con firmeza el “nudo”.
Los entornos de confianza muchas
veces crean las zonas de confort, lugares mentales en los que estamos a gusto
con todo, y no pensamos en cambiar nada de nuestras vidas. Pero estar a gusto con todo, no necesariamente
es bueno. Cuando esto ocurre será
necesario expandir nuestras estrategias o estaremos reduciendo cada vez más
nuestra capacidad de trasformación. Aprovechemos prudentemente la confianza
como herramienta de extensión evitando que se transforme en un obstáculo para
la innovación.
Bibliografía
Julian Stodd Leading with Trust:
Knots
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muy bueno!!
ResponderEliminarGracias!! sigamos E-RED-ANDONOS
EliminarMuy interesante gracias!
EliminarMuchas gracias Sandra...sigamos EN-RED-ANDONOS!
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