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miércoles, 8 de mayo de 2019

Los estados de tolerancia condicionan la tarea de extensión.

Por Adrián Gargicevich

La tolerancia habla de nuestra cualidad de aceptación. La aplicamos en todo momento sobre las personas con las que interactuamos para caracterizarlas y decidir la forma de vincularnos.  Como las relaciones interpersonales juegan un rol central en la tarea de extensión, necesitamos tener una herramienta para mapear los niveles de tolerancia que se manejan. Aquí va un método simple de “alerta temprana” indispensable para conocer y sanear los niveles de tolerancia en los grupos de trabajo.

https://redextensionrural.blogspot.com/2019/05/los-estados-de-tolerancia-condicionan.html


La palabra Tolerancia  proviene del latín tolerantĭa, que significa «cualidad de quien puede aceptar». Es el resumen de una valoración moral que se practica en relación con otra persona. La usamos casi sin darnos cuenta para ajustar nuestras vinculaciones.
Independientemente de que contradigan o sean diferentes de las nuestras, sopesamos las ideas, las prácticas, las creencias, etc. de las personas con las que interactuamos para acomodarlas en categorías que nos permitan elegir cómo deseamos progresar el vínculo. 
La tolerancia es también el reconocimiento de las diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad de las culturas, las religiones o las maneras de ser o de actuar. Si bien nació con un sentido peyorativo, pues se trataba de soportar lo que no se podía erradicar, con el tiempo se transformó en un valor positivo y fundamental para aceptar a  las otras creencias.
Por ello, la tolerancia social de la persona es una actitud fundamental para la vida en sociedad. Una persona tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social, o por sus principios morales. Se erige como un valor básico para convivir armónica y pacíficamente. No solo se trata de permitir lo que los demás digan o hagan, sino de reconocer y aceptar la individualidad y las diferencias de cada ser humano.
Ejes cartesianos de la tolerancia

Una manera simple de hacer el diagnóstico de tolerancia es ubicando los diferentes tipos de relaciones posibles, en función de dos ejes cartesianos de análisis subjetivos. Este diagnóstico no pretendes ser de precisión, sino de apreciación, porque es claramente en este último sentido subjetivo donde opera la tolerancia.

La propuesta es usara los ejes cartesianos que figuran en la gráfica para identificar las relaciones que se establecen entre las personas que participan de los procesos de desarrollo o extensión en los que trabajamos, como una forma de conocernos  para entendernos y actuar en la consecuencia deseada cuando las diferencias frenan el proceso. 

Uno de los ejes de análisis es el afectivo.  Esta dimensión se valora de manera simple cuando contestamos la pregunta: ¿Cómo me cae esa persona?  Bien o Mal.  Si no se tienen certezas se pueden manejar los gradientes de uno a otro extremo. Con el tiempo, cuanto más interacción tengan las personas, más clara será la valoración de este eje.
El otro eje de análisis es el ideológico.    Esta dimensión de análisis se logra valorar mediante la escucha activa. Los discursos que nos vinculan en conversaciones de temas muy variados nos permitirán descubrir si el sujeto piensa o no como yo.

Mediante el uso de estos ejes cartesianos será posible caracterizar cuatro tipos de relaciones para cada una de las vinculaciones biunívocas entre las personas. Así habrá pares de personas que se apoyan, que se rechazan, que se entienden o que se respetan.  

Como esta diversidad puede ser evolutiva en el tiempo, nuestra tarea como extensionistas será detectarla para operar con ellas en pos del objetivo común. La capacidad de análisis crítico será un factor clave para que su uso brinde sus mejores beneficios.

La intuición y la frecuencia de interacción actuarán como factores claves para que las posiciones de los tipos de relaciones puedan migrar con el tiempo. Esta condición posiciona  a la tolerancia como un valor que se puede transformar siendo por ello su reconocimiento un elemento de alta pertinencia en la tarea de extensión. No es de extrañar que alguien a quien rechazamos en un principio, con el tiempo, cuando lo conocemos mejor, sea una persona que respetemos, que entendamos o incluso que apoyemos. De igual manera estas caracterizaciones pueden variar en función del tema o la circunstancia. Es por eso que insistimos que se trata de un enfoque “apreciativo” para la toma de decisiones. 
    
Opciones para implementar el uso de esta herramienta de análisis

Sugerimos no usar estos ejes cartesianos con la idea de agrupar persona según afinidad. Si así lo hiciéramos estaríamos reforzando las diferencias. Una forma adecuada de usarlos es en el sentido operativo, es decir, que la identificación sea un elemento para entender si los tipos de vinculaciones son causas que complican los procesos que buscamos.

El punto focal no será centrarnos en el resultado sino en lo que puedo hacer con el mismo. No deseamos construir tribus sino operar con las diferencias para el logro del objetivo común.

Dependiendo de la madurez del grupo de trabajo podemos tener diferentes opciones de uso.

a-      Centrado en la coordinación. Si la participación no es todavía fluida en el grupo, o es un proceso que recién inicia, pero se detecta que estas diferencias complican la coalición para accionar, será adecuado ejecutarlos desde la coordinación del proceso identificando los grupos en pugna para así poder tomar decisiones.

b-      Participativo en abierto. Si la participación está aceitada en el grupo, hay buen nivel de confianza más allá de las diferencias, usar los ejes cartesianos como una herramienta en un taller, será una opción que ayudará al desarrollo del grupo. Si las condiciones grupales están dadas, los resultados solo serán una forma de organización de lo que ya es implícito entre todos los participantes.

La decisión de una u otra forma de implementación dependerá del nivel de inteligencia emocional del grupo.

Es importante recordar que no todos estamos capacitados para ser tolerantes, es decir poder aceptar las diferencias. También debemos ser cuidadosos para reconocer si las situaciones donde se pretende usar la herramienta están teñidas por injusticia o marcadas diferencias de poder entre los participantes. Estas últimas situaciones operarán como condicionantes críticos que superan a la tolerancia como traba para el proceso.  

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4 comentarios:

  1. Qué interesante Adrián! Conceptos que tambien se pueden aplicar en los difwerentes grupos de trabajo.

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    1. Si por supuesto es aplicable a grupos. Gracias por el comentario, si lo usan comentemos como les resulta...y sobre todo cual es la forma que eligen para aplicarlo. Saludos!

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  2. Adrian buen día! Excelente nota! Estaría bueno relacionar el compromiso en la labor del extensionista con la propuesta de tolerancia que nos compartis, creo que pudieran surgir varias formas de relacionarse en los distintos niveles! Gracias

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