La programación y
planificación muchas veces nos apasiona cuando trabajamos para estimular la
innovación. Pasión que se transforma luego en la necesidad de obtener lo
imaginado. Pero si solo medimos nuestro éxito por la efectividad de lo
planeado, nos perderemos la oportunidad de capitalizar el cambio no previsto,
el que nos sorprende, el que nos ofrece el camino.
A pesar de nuestros
esfuerzos por organizar el trayecto para apoyar una innovación, planificando,
eligiendo indicadores, estableciendo metas, midiendo resultado, tratando de
atribuirlos a nuestros esfuerzos, más de una vez asistimos con sorpresa a
resultados inesperados. Positivos o negativos.
Trabajar en el apoyo a
procesos de innovación requiere reconocer que el viaje no será en línea
recta y con pocas estaciones. Habrá que disponerse a entender que será
un viaje orientado; con esquinas
que se bifurcan y nos obligan a decidir cambios de direcciones, con paisajes
diferentes a los imaginados, algunos
inesperados. Como la vida misma.
¿Tu experiencia te ha puesto
alguna vez en esta situación? ¿Cuál fue tu reacción? Si has estado allí, apelando
a la angustia porque el trayecto no coincide con lo planificado en los papeles,
tratando de insistir, sin leer la situación, habrás clausurando opciones
de resolución.
Existe la oportunidad de
aprovechar las opciones que se nos presentan, sin olvidar el destino que nos
convoca, pero aceptando que el nuevo camino sea marcado por el proceso. Analizar las
opciones inesperadas es una tarea necesaria para posicionarse en situación de
apoyo. Algunas preguntas pueden ayudarnos para tomar la decisión: ¿Por qué
aparece la opción en este momento? ¿Qué me estará enseñando? ¿Quién será afectado
positiva o negativamente en el proceso? También tendremos que apelar a estrategias
inteligente para la elección, compartir la decisión frente a las
opciones, crear círculos de análisis invitando a los actores involucrados en el
proceso. Y también estar dispuestos a combinar lo aprendido en el recodo, para
luego aventurarnos con el cambio de las acciones programadas. Así se hará más
efectivo el proceso.
La flexibilidad también
forma parte del éxito. En el trabajo profesional de apoyo a procesos de
innovación, la efectividad de lo planeado también será función de nuestra
flexibilidad procedimental.
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