Una
de las actividades estructurantes en un proceso de desarrollo, es el
intercambio de ideas entre sus participantes. Lograr que ocurra mediante debates
“aditivos”, y no con discusiones “sustractivas”, será la misión del
extensionista. Transformar una discusión en debate, es permitir que el
intercambio migres desde el control al encuentro. ¿Conoces las variables que
diferencian una discusión de un debate?
Si
buscamos la diferencia entre ambos términos en un diccionario veremos que no es
fácil distinguirlos, incluso podemos pensar que son sinónimos. Para poder valernos
de las ventajas que los debates brindan a las innovaciones, será importante
reconocer cuáles son las variables que marcan las diferencias.
Discusión Vs. Debate |
Para
lograr un intercambio aditivo, será crucial prestar atención al proceso de
coordinación que se pone en juego en cada caso. Debemos propiciar el
intercambio sobre la base de juicios basados en evidencias que los
participantes puedan compartir, reconocer y conocer bien. Las argumentaciones
generalmente desfavorables, que se esgrimen como opiniones prematuras,
sostenidas con tenacidad pero con escaso conocimiento, por lo general son
prejuicios.
Una
manera efectiva de identificar si estamos ante una situación prejuiciosa, es
revisar el sustento que sostiene cada argumentación. Si la base es la opinión,
es probable que se trate de un prejuicio. Propiciar intercambios basados en argumentaciones
sustentadas por hechos corroborables por los involucrados, permitirá correr el
proceso desde la discusión, al debate. Los hechos críticos reconocibles abren
las puertas para el cambio, permiten a los participantes revisar sus certezas y
modificarlas.
Si
no logramos basar los intercambios en hechos, las emociones ocuparán el terreno
de las ideas. Se correrá así el riesgo de habilitar una batalla donde unos ganan
y otros pierdan. Las energías del proceso serán mal direccionadas y no podemos
permitirnos ese despilfarro.
Tener
la capacidad para hacer migrar los intercambios desde el dominio del “control”,
al dominio del “encuentro”, implica tener la escucha atenta en todas las
conversaciones, y en todos los momentos. Estemos en alerta ya que con frecuencia
las emociones nos traicionarán y nos devolverán al terreno de las discusiones. Si
queremos que todos ganen en el intercambio de ideas, debemos propiciar los
debates.
Coordina
para que prevalezcan los juicios. Estimula para que el sustento de las ideas se base
a hechos reconocibles. Amplía el espacio para las ideas y reduce el de las
emociones. Intenta mantener el intercambio en el encuentro de opiniones para
que todos ganen.
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