Por AdriánGargicevich (*)
Si queremos entender como las personas damos forma
a los entornos que nos permiten compartir objetivos, las redes resultan espacios interesantes para lograrlo. La dinámica en una red es opuesta a la de una organización
tradicional. Este dato no es menor a
la hora de elegir el dispositivo que impulse mejor los resultados cuando
trabajamos para el desarrollo. En las redes
encontraremos un dispositivo mucho más fluido para empoderar a los propios actores.
Cuando las personas colaboramos para producir algo
en conjunto ocurren en simultáneo dos procesos:
a- uno se relación con la “forma” usada para encontrarnos
con las personas que tienen el mismo deseo;
b- el otro, se corresponde con la “estructura de
relaciones” que establecemos para concretar ese deseo.
Estos procesos cursan diferentes caminos en las redes y en las organizaciones tradicionales.
Para quienes trabajamos en apoyo al desarrollo resulta esencial reconocer sus
diferencias, así como también las limitantes y oportunidades que ofrecen cada
una. La elección de uno u otro formato generalmente estará atada a la posición
que asumimos frente al “poder” que habrá que administrar en el propio proceso.
En las redes, el poder circula y migra libremente a partir del encuentro; en
las organizaciones formales normalmente es cooptado para el control. La
elección deberá ser entonces meditada a conciencia.
Redes Vs. Organizaciones tradicionales https://redextensionrural.blogspot.com/2016/05/redes-vs-organizaciones-tradicionales.html |
En las organizaciones tradicionales el patrón
predominante que coordina el acuerdo y las relaciones entre las personas comienza con la misión. La misma debe ser compartida como elemento inicial del proceso. Define los objetivos
que luego permiten especificar los instrumentos
a utilizar, y delimita las competencias
necesarias para llevar adelante la tarea. La identificación de indicadores será el paso que siga en el
proceso para habilitar la elección, o el entrenamiento, de las personas. Estas son las que finalmente
harán que el resultado deseado ocurra. Como vemos, en
las organizaciones tradicionales, la “persona” como sostén de todo proceso de desarrollo,
aparece al final de los escalones que le dan la forma. De esta manera queda
condicionado el procedimiento para encontrarse con los “otros” a partir de la aceptación
de las escalas previas. Así se espera que esas personas hagan lo que
corresponda para que el resultado ocurra. Se asumirá que ellas son capaces de
compartir la misión establecida, y que el proceso que lleva al resultado podrá ser
controlado de manera planificada para asegurar el correcto ajuste con cada
escalón precedente.
En contraposición, en las redes no se parte de la
misión; ésta será el resultado si el
proceso ocurre correctamente. Las redes nacen en las personas que, al compartir sus propios intereses, encuentran en el camino a las “otras” que serán sus
aliadas. Como los intereses, las ambiciones, las formas de ver el mundo y la
confianza cambia con el tiempo, la red también muta, no pudiendo ser
controlados los participantes como si se estuviera en una cadena de producción
fabril. La conexión entre los
participantes ocurre para un propósito
común. Las redes consiguen las energías
que necesitan para desarrollarse desde cada una de las personas integrantes;
hacen uso de las diferentes capacidades participantes, pueden dividir la tarea
por especialización y también alimentar el acceso al conocimiento u otros
recursos necesarios.
En las redes
las jerarquías no son una condición y los mandatos no necesariamente están
claramente definidos. Por cierto las redes dependen fuertemente del aporte
voluntario de sus miembros. Así, cuando las personas con intereses comunes
hacen contacto, aprenden que los otros comparten sus mismos sueños y con ello
crece la chance de que se hagan realidad. Al cabo de un tiempo, los propios
integrantes de la red exigirán la definición de un objetivo común que los encause mejor. Y recién cuando crezca la
confianza, los intereses pueden llegar a convertirse en una misión compartida, que genere el resultado buscado. Esta dinámica va
fluyendo de manera no lineal y sin afectar de manera homogénea a cada
integrante.
Si bien ambos modelos pueden, y normalmente se
complementan, traigo la diferencia al ruedo del debate por dos motivos. Por un
lado para advertir el riesgo que podemos correr si pretendemos potenciar una
“red” con las dinámicas propias de una “organización
formal”. Si así lo intentamos no funcionará, estaremos cometiendo un error. Por
otro lado para sopesar cuál de estas estructuras y dinámicas, se asemeja, o puede
potenciar mejor un proceso de desarrollo con toda la complejidad que normalmente
contiene.
En la dinámica de redes no será fácil seguir una planificación
preestablecida, habrá que ir diseñando el destino durante la construcción para
asegurar que los actores permanezcan vinculados y sientan que sus intereses son
considerados. No será posible contabilizar el esfuerzo de los participantes
dado que no se opera con la idea del control. Los participantes no podrán ser
forzados a obedecer pasos preconfigurados por algún grupo. Las jerarquías no
serán el centro de atención en el proceso porque la dinámica de poder es
fluida.
Las redes son organismos vivos, con identidad
propia, división de tareas y especialización, y tiene su propio ciclo de vida.
No te exigen “fidelidad”, cada integrante puede formar parte de múltiples redes
a la vez, no funciona en ellas la idea de la “dedicación exclusiva”. Se sustentan
mejor en entornos de diversidad…tal cual nos pasa a los seres vivos. Se
reproducen mediante patrones de interacción, cada vez que un componente
esencial de la misma se conecta fuera de la red. Bajo estas perspectivas son
una forma de conceptualizar la sociedad.
Al emerger desde las propias personas, al ser
autosuficientes en energía, al proponer sus objetivos a partir de la coalición
de intereses y al postergar la definición de una misión para una etapa donde
las relaciones ya maduraron, “aparecen” como dinámica más adecuada para apoyar procesos de desarrollo. Pero como normalmente nuestras vidas fueron formadas y
sostenidas en organizaciones tradicionales, nos genera un poco de vértigo
pensar en “la red” como un dispositivo adecuado para la gestión de procesos de
desarrollo. Me atrevería a decir que, ante la duda, la mayoría de las veces
seguiremos el camino tradicional para organizarlo…a menos que negociemos
internamente la relación que tenemos con el tema….del “poder”.
¿Se pueden capitalizar las redes para potenciar el
desarrollo? ¿Existen metodologías? La respuesta es SI… en nuevos artículos
iremos aportando estrategias de potenciación de redes para el desarrollo.
Compártelo y sé parte del proceso si consideras que estas ideas pueden ayudar.
(*) Texto elaborado sobre
la base de “The Free Actors in Network Approach” Dr. ir H.E.Wielinga. Link
Consult, The Netherlands.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Algo que tendra que aprender dicha organización para lograr la democratización de la razón de SER que le dio origen¡¡
ResponderEliminarBuena opción de análisis!. Creo también que la evolución de la sociedad con el tiempo marca nuevas huellas posibles para recorrer, y que la energía que se requiere para migrar al nuevo camino, no siempre es sopesada como variable de negociación en las organizaciones tradicionales. Gracias por tu aporte! Sigamos EN-RED-ANDONOS
ResponderEliminarGracias por el texto, Adrian!
ResponderEliminarGracias a uds por hacerme la lectura! Que sea de utilidad! Sigamos En-Red-Andonos.
ResponderEliminarNecesito ayuda necesito un ejemplo clásico de organizaciónes tradicional
ResponderEliminarHola! gracias por el comentario. ORGANIZACION TRADICIONAL refiere a aquellos modelos organizacionales cuya estructura de organización es de orden jerárquico piramidal, donde generalmente la gestion requiere de la autorización de los estamentos superiore, donde el "control" es una modalidad central de gestión, que divide en "departamentos" las tareas, donde el esquema de relaciones entre éstos es funcional. Ejemplos clasicos son los Municipios, las Universidades, los Institutos de Investigación, etc. Son modelos organizacionales gestados en la "era industrial" y repiten lo que se conoce como lógica "fordista" (el trabajo que ensambla tareas particionadas según especializades). Espero haberlo aclarado.
EliminarGracias Verónica. Sigamos en.red.andonos. Compártelo con quien creas que pude servirle esta visión.
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