Por Adrián Gargicevich
En la tarea de extensión
trabajamos asiduamente para el cambio, pero el mismo no siempre adquiere la
forma que imaginamos. Esto es así porque, aunque no lo veamos, nuestra
capacidad de transformación estará siempre afectada por el entorno donde se
despliega nuestro trabajo. La posibilidad de atribuir los cambios buscados a
nuestra tarea se debilita en la medida que nos alejamos del inicio de la cadena
causa/efecto con la que normalmente proyectamos. ¿Cómo podemos mejorar nuestra
atribución para el cambio que buscamos?
Aquí van algunos conceptos y pautas para lograrlo.
La brecha de atribución en la tarea de extensión https://redextensionrural.blogspot.com/2019/09/la-brecha-de-atribucion-en-la-tarea-de.html |
Algunas definiciones necesarias para comenzar
La palabra brecha suele referir a una rotura o fisura, pero metafóricamente también
se la usa en sentido simbólico para nombrar al resquicio por donde algo
comienza a perder su certeza o seguridad. Este último sentido nos ofrece la
oportunidad para transformar el concepto en algo operativo que mejore nuestra
capacidad de transformación. Si logramos reducir ese resquicio evitaremos las
incertidumbres y los dilemas tendrán menos espacios para consumir las energías
que necesitamos para la acción.
Una atribución es la interpretación o explicación que se hace acerca de
las causas, motivos y razones de algún suceso incluyendo creencias,
actitudes y comportamientos. La atribución indica que proporción de un suceso
es el producto de una acción determinada. Una
atribución puede ser correcta o incorrecta, aplicable a terceras persona
o a nosotros mismos, justa o injusta, etc. Las atribuciones son necesarias para
justificar y evaluar, transformándose en herramientas centrales en los procesos
de planificación y evaluación. No obstante su potencial muchas veces pasa
desapercibido o subutilizado. Por ello en este artículo nos detendremos en
ellas un rato para intentar sacarles “el jugo” en nuestro beneficio como
profesionales promotores de innovaciones.
Si unimos ambas definiciones se
nos presentará un área de atención e indagación muy importante para considerar
al momento de intentar entender por qué cuando nuestra brecha de atribución es baja, no logramos los cambios que nos
movilizan. ¿Qué implica esta idea? ¿Puedo hacer algo para mejorar mi brecha de
atribución?
El camino de la proyección.
Cuando “proyectamos”
nuestras acciones, independientemente que necesitemos hacerlo formalmente en un
documento preestablecido, o de manera informal, casi siempre echamos manos a la
prospectiva como una oportunidad para ejercitar los posibles resultados. La
prospectiva es el estudio de las causas técnicas, científicas, económicas y
sociales que nos permiten la previsión de situaciones que podrían derivarse de nuestras
decisiones y acciones.
Proyectamos para generar algún cambio, resultado o efecto
deseado en la realidad que nos interpela. Pero para que podamos dominar estas
modificaciones es imprescindible tener en cuenta algunas características
peculiares propias de los cambios / resultados / efectos:
a-
Los mismos puede ser intencionales o no, esperados o imprevistos, positivos o
negativos.
b-
Casi siempre son
resultados de la interacción social y por lo tanto empiezan a darse
desde un primer momento, incluso cuando empieza el diseño del proyecto.
c-
Se deben poder atribuir al proyecto como un resultado lógico de
las acciones que se realizaron.
Para poder considerar esta última característica, será necesario tener
en cuenta que la atribución se hace más difícil cuando comienza a aumentar la
distancia entre los distintos niveles y los ámbitos en los cuales se producen
los cambios. Por ello debemos hacer un breve análisis de los niveles
componentes de todo proyecto, que se suceden secuencialmente en una relación de
causa – efecto. A manera de repaso, en el siguiente esquema detallamos,
definimos y posicionamos secuencialmente tal cual se disponen normalmente en un
proyecto.
La relación que se establece entre cada nivel es de tipo causa-efecto.
El que está antes genera el que le sigue, o visto a la inversa, cada nivel es
el resultado del anterior.
Partiendo de
un insumo se realiza una actividad que genera un producto. Este producto debe poder ser aprovechado y utilizado por los
destinatarios de nuestros proyectos, generando así un efecto directo en ellos como resultado de nuestras acciones. Y por
último, con el efecto directo contribuimos al efecto indirecto, es decir a la finalidad que está a un nivel más
allá de nuestro proyecto o programa.
Pero esta
secuencia “teórica” no es tan simple de lograrse en la realidad. Los proyectos
siempre transcurren en entornos intersubjetivos, las personas que participamos
estamos viviendo nuestro propio desarrollo, estamos aprendiendo en el camino,
por tanto la “linealidad” que propone la secuencia, no “encaja” con nuestras
vidas. Adicionalmente, las influencias externas, fuera del dominio del
proyecto, afectarán el mismo ya sea a favor, fortaleciendo su transcurso, o en
contra, debilitando la posibilidad de lograr el cambio buscado.
Por eso, a
medida que nos alejamos del inicio de la cadena (insumos) y avanzamos hacia los
efectos, el entorno donde transcurre el proyecto irá afectando el imaginario
que depositamos en cada eslabón al momento de diseñarlo, transformándolo de
manera impredecible y reduciendo nuestra atribución, nuestra capacidad de “interpretación o explicación acerca de las
causas, motivos y razones” sobre la
forma que adquiere el eslabón siguiente. Si eso ocurre, a medida que avanzamos
en la secuencia de eslabones del proyecto, nuestra
brecha de atribución que explica el cambio/resultado/efecto del proyecto se
reduce.
El origen de
este error estratégico que cometemos en el ejercicio prospectivo que ejecutamos
cuando diseñamos proyectos podemos encontrarlo en la forma en que fuimos
formados. Desde pequeños nos enseñan el mundo
como si fuese lineal, y así terminamos creando modelos mentales para
interpretar y decidir basados en la relación causa-efecto como condición irrefutable. Pero no todo está perdido,
podemos cambiar y volver a aprender.
Conociendo
ahora las causas por las cuales se reduce nuestra brecha de atribución en los
proyectos, podemos imaginar gráficamente a las circunstancias, actores y
factores externos que condicionan cada nivel, como flechas que impactan sobre
cada eslabón de la cadena y que se incrementan a medida que avanzamos en la
cadena.
La relación
causa efecto en cada nivel dependerá cada vez menos de las actividades del
proyecto y cada vez más de los factores externos. En el inicio de la cadena es
casi seguro que podamos dominar la relación: los insumos que necesitemos seguro
serán destinados a las actividades que diseñamos. Pero: ¿Podremos asegurar que
los productos que forjemos en el proyecto generarán los efectos que pensamos en
los usuarios? No solo dependerá de nosotros, la capacidad, las condiciones y la
voluntad de los actores de aprovechar y cambiar el comportamiento, depende de
infinidad de factores que se alejan de nuestro dominio y que reducen nuestra
brecha de atribución.
Cómo mejorar nuestra atribución
El análisis
anterior nos permite no solamente identificar en un proyecto la complejidad de
las interacciones sociales y con el entorno, también nos ayuda a visualizar las
atribuciones, aquello que podemos dar fe que es producto de uno de los
eslabones anteriores. Entonces el desafío al proyectar, planificar y monitorear
es poder identificar las atribuciones causales directas bajo nuestro dominio.
Ser consientes en todo momento de cómo y cuáles son los elementos que bajo
nuestro dominio generan cada eslabón del proceso, y ser capaces de identificar
cuáles son los elementos del entorno que también participan.
Para lograrlo necesitamos:
- Al proyectar, ser capaces de visualizar la secuencia lógica de causalidades que estarán implícitas. Debatirlo en un equipo de trabajo es una opción inteligente, más cabezas pensando al mismo tiempo ofrecerán más diversidad de escenarios posibles.
- Para cada salto de un eslabón a otro, desarrollar varias hipótesis de efectos posibles, entendidas como “lo que uno espera que va a ocurrir”.
- Consultar y/o reflexionar sobre el posible aprovechamiento que los destinatarios harían de los productos obtenibles.
- Diseñar procedimientos que nos permitan demostrar que los efectos que capitalizan los destinatarios, pueden ser atribuidos directamente al proyecto.
Para ayudar a
mejorar la brecha de nuestra atribución, es decir que las acciones del proyecto
se transformen en la realidad deseada, podemos usar una serie de preguntas
guías para mejorar lo establecido en el proyecto valiéndonos del pensamiento crítico. El listado
siguiente, a manera de ejemplo, es inicial y no exhaustivo. Las posibles
respuestas permitirán revisar la atribución en el diseño de cada eslabón.
Para revisar el diseño o monitorear los
INSUMOS
·
¿La lista de insumos
necesarios cubren todas las actividades programadas?
·
¿La posibilidad de
disponer de los insumos en tiempo y forma no será una limitante?
·
¿Disponemos de
opciones alternativas de los insumos críticos para las actividades?
·
¿Las actividades
pueden ser modificadas sin arriesgar el producto deseado en el caso de no
disponer del insumo específico?
Para revisar el diseño o monitorear las ACTIVIDADES
·
¿Qué actividades
llevará adelante el equipo del proyecto?
·
¿A quiénes se dirigen
las actividades, quiénes son los destinatarios?
·
¿Qué capacidades o
dominios exigen las actividades a los destinatarios?
·
¿Cuál es la relación
entre las actividades y los intereses de los destinatarios?
Para revisar
el diseño o monitorear los PRODUCTOS
·
¿Qué productos o
servicios se generan a través de las actividades realizadas?
·
¿Qué productos o
servicios estarán a disposición de los destinatarios?
·
¿Cuál es la duración
de los productos o servicios en el tiempo?
·
¿La aplicación de los
productos o servicios pueden ser autogestionados por el usuario?
Para revisar
el diseño o monitorear el APROVECHAMIENTO
·
¿Qué ocurre cuándo
los destinatarios utilizan y aprovechan los productos que pone a disposición el
proyecto?
·
¿Qué condiciones del
entorno del proyecto limitarán el aprovechamiento?
·
¿Qué cantidad de
destinatarios podrán aprovechar los productos?
·
¿Qué tipo de
beneficios les otorgan a los destinatarios dichos productos o servicios?
Para revisar
el diseño o monitorear los EFECTOS DIRECTOS
·
¿Qué cosa cambia
concretamente?
· ¿Qué cambios ocurren
cuando los destinatarios del proyecto incorporan, de manera sostenible, la
utilización de los productos o servicios?
·
¿Quiénes se beneficia
del cambio que resulta del aprovechamiento de los productos?
·
¿Cuáles son esos
beneficios?
Desde aquí en
adelante en la secuencia de causa-efecto, sabemos que el proyecto puede contribuir,
pero los efectos ya no se pueden atribuir claramente a las actividades y
productos del mismo. Si bien a este nivel la atribución del proyecto es escasa,
resultará igualmente interesante cuestionarse para tener una idea de la solidez
de la propuesta.
Para revisar la
atribución sobre los EFECTOS INDIRECTOS podemos cuestionarnos
·
¿A qué cambios de
orden político, económico y/o social está
contribuyendo el proyecto en el sector o la región donde ocurre?
·
¿Esta contribución es
concurrente o divergente con la dirección que siguen esas políticas?
Los
resultados que generan nuestros proyectos no deberían “escudarse” en los
efectos de las influencias externas dado que éstas siempre estarán presentes,
no son una eventualidad sino una condición. Mejorar nuestra capacidad para
imaginar, diseñar y monitorear proyectos a la luz de las ideas planteadas,
permite aumentar nuestra brecha de atribución sobre los
cambios-resultado-efectos, aun cuando tengamos que trabajar en ambientes con
escasas libertades. Este camino es una decisión que implica una apuesta a la
profesionalización como extensionistas.
Bibliografía consultada
-Monitoreo basado en resultados.
Guía para los proyectos y programas de Cooperación Técnica. Mayo 2004. Deutsche
Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GMBH.
-Algunos elementos básicos para orientar los proyectos y programas
hacia los efectos. INTA Iris Barth
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Estimado Adrián excelente artículo.
ResponderEliminarCuando decidimos irrumpir una realidad en la extensión, por ejemplo, un Grupo de productores que surge,.....en principio se produce "un des/encuentro de intereses".... los productores que demandan asesoramiento y los técnicos dispuestos a ofrecer este asesoramiento.....
Por otro lado "el Programa de intervención" te pide: insumos, actividades, productos, resultados, planillas de asistencia...informes mensuales..fotos in situ......¡todo eso encadenado!
Sin embargo, en ese "encadenamiento casusa-efecto" existirán factores externos que incidirán en este grupo de productores y técnicos, cómo la pertenencia del integrante al grupo; el estilo de liderazgo que asuma el técnico, el contexto de actores que rodea al grupo (lo que no quieren que el grupo avance, los que quieren participar y el grupo no deja), la incertidumbre de disponer de los insumos....¿que pasa cuando el PASO 1: insumos...llegan tarde....pedís una cosa y llega otra...?
Concluyendo...como decía un viejo colega Tinogasteño.....mire ingeniero el papel resiste cualquier cosa....pero la realidad es la que manda...
un abrazo
Fernando
La segunda pregunta que se propone para monitorear INSUMOS está pensada en función de la duda que planteas ¿La posibilidad de disponer de los insumos en tiempo y forma no será una limitante?... una opción es tener pensado insumos alternativos o estrategias para modificar el proceso. Estas situaciones no son poco frecuentes, por tanto habrá que tener pensadas también opciones alternativas.
EliminarExcelente análisis, muy clarificador, sobre todo la planificación estrategica que es muy valiosa a la hora de gestionar por proyectos, saludos
ResponderEliminarGracias por el comentario. Es cierto, la planificación estratégica debe considerar este recorrido si desea mejorar su efectividad.
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